Rumania y el Mundo Hispano

EUROPA SE

MOLDAVIA

Una Lanza con vinagre en el costado de Rumania .

Antes de la cita OTAN en Turquía , círculos allegados al presidente Putin y medios de comunicación rumanos promueven simposiones sobre la estatalidad de República Moldavia y modos de influir en la supervivencia de ésta que aparece como a punto de desarmarse ante las pretensiones de partes de su actual territorio de ser independientes o al menos autónomas.

Trasnistria, fuerte ruso en esta área y que resiste como Kaliningrado en sus roles de cabezas de puente de Rusia ante la Europa Occidental , no acepta siquiera una federalización dentro de la República Moldavia con capital Chisinau , sino que exige ser reconocida como entidad estatal propia.

Gagauzia, otra región de esta antigua provincia rumana, poblada por por turcófonos, también se agita y emite exigencias de autonomía que se propone mantener en los límites de la actual República Moldavia o, en su defecto , como insinúan voces del Kremlin, en una posible integración de la Moldavia sin Trasnistria a Rumania.

Este último país que reconoce la existencia de Moldavia independiente pero que no niega su disposición a una unificación posible con su antigua provincia, separada del territorio por el Pacto Ribbentrop-Molotov , en 1940 y que tiene disposiciones especiales para favorecer la relación entre ambos estados, parece enfrentar la situación con un pragmatismo característico. Así los rumanos, aceptarian el extrañamiento de la autoproclamada Trasnistria y se conformarían con la parte más pobre y menos desarrollada de la actual república., donde la población rumana es mayoritaria, además de la zona gagauza.

El arreglo permitiría desactivar una bomba de tiempo hoy armada y que la extensión OTAN en la región hace aún más inquietante.

Rusia no muestra la menor intención de dejar sus fronteras indemnes ante el poderío bélico occidental y la influencia del pacto atlántico que rebasa las fronteras puramente guerreras y trae consigo visiones por ahora no totalmente compartidas sobre el orden interno e internacional. Aunque ello signifique no respeto a tratados, acuerdos, compromisos y similares, como el de Estambul en 1999, donde se comprometía a dejar Trasnistria-verdadera cueva de víboras- con sus ejércitos y pertrechos en plazos bien determinados.

Un Cáucaso en Llamas

Putin, que explota las ventajas bien afirmadas de hombre fuerte, ante sus compatriotas y que le llevan a mantener una amplísima cuota de aceptación en Rusia, está claramente por no dar mayor vaivén a su ya desequilibrada situación internacional. Le pesa una rebelde Cecenia, cuya horrible guerra no puede sofocar y que influencia a las inestables Daguestán e Ingusetia ; un Cáucaso que se le va de las manos con una Georgia pro occidental que no se ve dispuesta a dejarse arrebatar territorios como Osetia Norte y Abhazia, en favor de integrarse o constituir otras repúblicas rusas; Azerbaiyán, con el presidente Aliev, se alía con la recelosa Georgia en proyectos de independencia energética que incluyen a compañías occidentales y a la rival secular de Rusia, Turquía; otro enclave, Tayikistán, en la zona estratégica fronteriza con la Afganistán perdida , se agita y quiere escapar de la tutela rusa y de sus tropas en el territorio; China también firma tratados con países de la zona de supremacía rusa.

Suma y sigue. Ante esta situación que amenaza con una pérdida total de control , Rusia prueba, por ahora extraoficialmente, vías de salida a estados conflictivos en sus avanzadas europeas: Kaliningrado y Moldavia.

Rumania puede ser el gran beneficiado obteniendo la rehabilitación histórica con el retorno de su provincia perdida. Esta vez en forma incruenta y sin pagar el precio de sangre cancelado en 1991 ,cuando la parte rusófona , con sostén de Moscú, llevó a Moldavia a una guerra civil ,ante el temor de perder su presencia en esta región del sur europeo.

Pero la situación posee muchas facetas contradictorias: ¿quién decide la reincorporación de Moldavia a Rumania? ¿ Una población rusificada por años de ocupación? O no será considerada simplemente su opinión.

Esta última práctica se aplica también más al oeste. Se vio en la España de Aznar y la ida a Irak. También en Gran Bretaña en igual disyuntiva.

Es verdad que más tarde los ciudadanos le pasaron la cuenta a sus desaprensivos conductores. Pero en el intertanto éstos actuaron sin prestarles oídos.

Que política se adoptará con y en Moldavia se verá en tiempos venideros. Por ahora Rumania que no forma parte de los países y organismos que reglamentan este conflictivo sector, se muestra prudente y declara que no intervendrá en los asuntos internos de este país.

Nada es seguro y se esperan las próximas movidas de Putin en el tablero.

Piotr Peretzov. Chisinau.

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